Entra en el aposento de tu alma; excluye todo excepto Dios y lo que pueda ayudarte para buscarle; y así, cerradas todas las puertas, ve en pos de El. Di, pues, alma mía, di a Dios: busco tu rostro, Señor; Señor anhelo ver tu rostro.
Entra en el aposento de tu alma; excluye todo excepto Dios y lo que pueda ayudarte para buscarle; y así, cerradas todas las puertas, ve en pos de El. Di, pues, alma mía, di a Dios: busco tu rostro, Señor; Señor anhelo ver tu rostro.