- Referencia:
- 24120
- Publishing house :
- VERBO DIVINO
- Year of edition:
- 2006
- ISBN:
- 978-84-8169-568-7
- Alto:
- 240mm
- Ancho:
- 170mm
- Pages :
- 176
- Binding :
- Rústica
- Collection :
- VARIOS
DE VUELTA A CASA
CELEBRACIONES DE DIFUNTOS
EQUIPO EUCARIST¡A
INTRODUCCIÓN
HOMILÍAS PARA SITUACIONES GENERALES
La vida no se acaba, se transforma
Peregrinos
La muerte, un reto a la esperanza
La fe vence a la muerte
En el silencio, una palabra de esperanza
El camino de la vida
Desde Dios, la vida es mucho más
En las manos de Dios
Creemos en el Dios de la vida
La resurrección es nuestra fe
La esperanza disipa nuestros miedos
A la luz de Cristo la muerte cobra sentido
La vida no es sólo lo que parece
HOMILÍAS PARA SITUACIONES ESPECIALES
La vuelta a la casa del Padre
La vida de los justos
Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo
irse en paz
Ponemos en las manos de Dios a nuestros seres queridos
La mujer fuerte
El auxilio me viene del Señor
Jesús es la resurrección y la vida, ¿lo creemos?
Antes que tú nacieras
Un padre lleno de bondad
La cruz ilumina el sufrimiento humano
Si sufrimos con Cristo, reinaremos con él
Tu fuerza, Señor, se manifiesta en mi debilidad
Esperar en silencio
¿Está o no está Dios con nosotros?
Instrumentos de paz
En la escucha de la vida
La muerte como donación de la vida
Una palabra que nos da esperanza
La esperanza de la vida eterna
Señor, si hubieras estado aquí
Hoy estarás conmigo en el paraíso
Llamados para servir
Por las aguas de la muerte
El que da su vida, no la pierde
Nuestra celebración es una afirmación de esperanza
Pasó haciendo el bien
Hijo muy amado de Dios
En la mesa del Padre todos tienen sitio
TEXTOS, ORACIONES Y CANTOS PARA LA CELEBRACIÓN DE DIFUNTOS
I. En casa del difunto
II. En la capilla o sala del tanatorio
III. En la iglesia
IV. Junto al sepulcro. Rito de inhumación
V. Cantos
VI. Poemas
ÍNDICES
Lecturas
Destinatarios
Situación
De todas las formas de predicación, la predicación de exequias es la que coloca al predicador ante la tarea más difícil. Las homilías de este libro pretenden prestar una ayuda en la tarea de enterrar a los muertos y consolar a los que lloran de una manera digna y expresiva
La homilía de difuntos exige del predicador no sólo una preparación seria y concienzuda, sino sobre todo una cercanía interior a la realidad vital a la que va a referirse la predicación. Esta cercanía al acontecimiento que ha reunido en ese momento a las personas le da también la capacidad de encontrar las palabras humanas, el tono auténtico y el vocabulario comprensible para todos. Todo ello, con el fin de formular un mensaje que se pueda creer.
De ahí el cuidado en la preparación de tales homilías. Quien se las saca de la manga con un minuto de preparación en la sacristía o se limita a una pieza de oratoria o a un ensartado de vaguedades y generalidades clericales hace un daño inconmensurable. Nunca se escucha tan críticamente como en los entierros.
No ha de faltar tampoco el tacto, la delicadeza y el respeto a la intimidad de los variados asistentes. El calor humano, un gran corazón y un pedazo de sabiduría adquirido en la experiencia de la vida son un don divino para el predicador en estas circunstancias de la existencia humana.