Pete deseaba, más que nada en el mundo, tener un ratón blanco con ojos rosados. Pero la respuesta de sus padres era siempre la misma: ¡No! Hasta que, por fin, un día Pete tuvo una idea.
Pete deseaba, más que nada en el mundo, tener un ratón blanco con ojos rosados. Pero la respuesta de sus padres era siempre la misma: ¡No! Hasta que, por fin, un día Pete tuvo una idea.