Orar por los demás es algo que podemos y debemos hacer los que seguimos a Jesucristo como Iglesia. "Los discípulos misioneros, acompañan a los discípulos misioneros" (Evangelii gaudium, 173).
Y lo hacen, sobre todo, intercediendo, orando mutuamente unos por otros, convencidos de que esta intercesión "nos estimula particularmente a la entrega evangelizadora y nos motiva a buscar el bien de los demás" (EG, 281).
Este libro es un sencillo y útil subsidio para acompañar al papa Francisco en su ministerio, convencidos de que es el propio Espíritu Santo quien, como "alma de la Iglesia", la guía a través de sus mediaciones. Francisco, sin duda, es hoy una de ellas.