El Evangelio de la Vida, que la Iglesia tiene el deber
de anunciar, sería incompleto y le faltaría lo más
importante si no incluyera el anuncio de la Vida
eterna a la que Dios nos llama a todos. La necesidad
de recordar esto es urgente en el momento que
estamos viviendo. Si la muerte es un hecho que a
todos nos recuerda nuestra finitud, hoy la humanidad
está experimentando la propia vulnerabilidad en toda
su radicalidad. El Evangelio es un mensaje de
esperanza, pero de una esperanza que va más allá
de los límites de esta vida, ya que ?si hemos puesto
nuestra esperanza en Cristo solo en esta vida, somos
los más desgraciados de toda la humanidad? (1Cor
15,19).
Junto a este anuncio del Evangelio de la Vida, la
presente instrucción quiere ofrecer unas orientaciones
pastorales para responder a las nuevas situaciones
que se plantean en el momento de la celebración de
las exequias.