¿Tenemos aquí un libro más sobre temas religiosos? Pudiera parecer, ya que está escrito por un hombre que ha dedicado toda su vida a la Iglesia. El autor, que es sacerdote, nos habla de la imagen falsa de Dios que nos han transmitido. Esta imagen presenta a Dios como el Todopoderoso, dispuesto a aplastar al hombre, como el Dios castigador. Pero al mismo tiempo, nos propone otra imagen de Dios: la del Dios que es amor y bondad; la del Dios auténtico que emerge del Evangelio. Necesitamos el Evangelio -dice su autor- para que ilumine nuestras tinieblas precisamente en este mundo. Para que nos corrija. Para que nos delate y nos eche en cara nuestras incoherencias y nuestra falta de sensibilidad. Para que nos juzgue. Necesitamos el Evangelio para que nos anime y descubra las mentiras que nos echamos y echamos en nombre de Dios. Para que nos recuerde siempre la figura gigantesca de Jesús y de su obra. Para que nos hable de sus enfrentamientos, de sus luchas y complicaciones. Y para que nos salve siempre de la comodidad y rutina con la que solemos vivir nuestra fe cristiana. Necesitamos el Evangelio, nosotros los cristianos, aunque parezca increíble. Porque hemos construido nuestra vida a espaldas del Evangelio, cuando no en contra. A pesar de tantas eucaristías, convivencias, encuentros, ejercicios espirituales... Un libro escrito desde el corazón y que no puede dejar indiferente al lector.
ANTONIO ABRIL MURCIANO