Los primeros cristianos tenían muy claro la importancia de la predicación de los sacerdotes, como su ocupación prioritaria junto con la oración (cf. Hch 6,4).
Nuestro modelo es Jesús. Es conveniente tener en cuenta la manera que él enseñaba. Las parábolas, imágenes, metáforas, sin duda daban belleza y atractivo. A su palabra humanam que en él era la de Dios.
Antonio Balsera. Licenciado en Filosofía y Letras por Universidad de Granada (1978). Doctor en Teología por la Universidad de Navarra (1983). En la actualidad es Profesor Ordinario de Historia de la Iglesia.