Tras su aparición, no han dejado de sucederse las ediciones de estaobra, que hechiza al lector desde la primera frase.Ignacio Tellechea ha desempolvado los archivos de media España delsiglo XVI para trazar la biografía esencial de un hidalgo y pobreandariego que, «solo y a pie», recorre los caminos de la penínsulaibérica y de Europa con el único deseo de llegar a Jerusalén, ansiosopor pisar las huellas del Señor.Página tras página, se asiste al prodigio de ver a Íñigo de Azpeitiadialogando con la gente, rodando por posadas y senderos, mendigando ycomiendo «lo que le dan y cuando se lo dan». La gente lo conoce como«el hombre del saco» y los niños como «l'ome sant», aunque paraalgunos empieza a resultar un loco nada deseable. Alcanzada la ciudaddonde murió Jesús, regresa a Roma, que «también es Jerusalén», hastaque un día otoñal de 1556 muere «al modo natural», según afirma untestigo.A este caminar constante, entre gozos y contratiempos, se reduce estabella y rigurosa biografía de Ignacio, el hijo menor de los Loyola.José Ignacio Tellechea Idígoras (1928-2008) fue catedrático dehistoria de la Iglesia en la Uni
