Daniel Palau nos sugiere nueve ejes principales de una pastoral "plena, consciente y poliédrica" que nos ayudan a estructurar cualquier planteamiento pastoral en cualquier campo de acción posterior. Estos ejes, nacidos de la meditación teológica y de la experiencia pastoral, constituyen un remedio contra la precipitación con que en algunas ocasiones se han buscado respuestas de impacto inmediato que corren el riesgo de una cierta trivialidad, y proponen una pastoral encarnada y esperanzada, que quiere crecer sinodalmente en la totalidad de la Iglesia.