Los escritos del hermano Roger son como su alma: sencillos, místicos, transparentes. sobre sus obras dijo el arzobispo de Lyón, Pierre Gerlier, que "nada más evangélico hubiera podido escribirse. Nada más atinado y nada más humano"
Los escritos del hermano Roger son como su alma: sencillos, místicos, transparentes. sobre sus obras dijo el arzobispo de Lyón, Pierre Gerlier, que "nada más evangélico hubiera podido escribirse. Nada más atinado y nada más humano"