Los adolescentes son rebeldes por naturaleza. Su tendencia es alexceso y al desorden. En esta etapa, quizá más que nunca, la sabiduría de los que formamos la raza de los padres de familia, fruto denuestros años y de la experiencia, tendrá que ponerse a su serviciopara defenderles de sí mismos. Pero nunca desde arriba. Tan lejossomos de poca ayuda. No, los pedestales no ayudan. Nuestra poleposition con los adolescentes es a su altura, donde puedan apoyarse en nosotros ante la tentación de la caída. Nos necesitan fuertes, pero a su lado, donde puedan tocarnos. Y a partir de ahí, debemos procurarponerlo todo de nuestra parte para hacer las cosas bien, con los piesfirmes en la tierra, pero siempre mirando al Cielo, desde donde elSeñor no deja de contemplarnos. Dios tiene un plan y todo lo queocurre en nuestra familia forma parte de su designio. Por eso, cuantomás cerca están nuestros adolescentes ?y nosotros mismos? de Él, mástiempo pasarán en la calle de la alegría, soñando a lo grande, yabriéndole de par en par las puertas de su corazón.