En este extraordinario libro de relatos ?el séptimo en su haber?, lavoz narrativa de Soledad Puértolas se expresa en tercera persona ycobra el tono de las narraciones clásicas, cuando el narrador, porencima de todo, perseguía la magia, la seducción inherente a la mismanarración, independientemente de lo que se contara. Sin embargo, lacercanía que implica la primera persona, los relatos contados porquien los protagoniza, no se ha perdido. Ha alcanzado un matiz nuevo.Quizá de mayor serenidad, de mayor hondura. Sin que falte el humor,que recorre todos los relatos, y que en algunos de ellos hace que seacentúe nuestra sonrisa. Son relatos que tratan de encuentros, dedesencuentros, de reencuentros. De chicos y chicas. De parejas que seseparan, de traiciones, envidias e ilusiones, de mitos deadolescencia, de ideales de juventud, de las perplejidades de lamadurez, del extrañamiento de la vida. Hay hijas que veneran a susmadres, madres que desconfían de sus hijas o de sus yernos, hay perros que se encaraman a las novias de sus dueños, hay horas de calor y deamor en el interior de una caravana en un camping, horas arr