Vamos a hablar, Jesús, de nuestras cosas porque no quiero fe que tenga dudas sino firmes creencias vigorosas.
Dime, Señor, si Tú crees en Dios, si fuiste Tú el Mesías, si fuiste Mensajero, si Tú predicas, sobre todo, amor.
Vamos a hablar, Jesús, de nuestras cosas, porque Tú eres humano igual que yo.
¿Qué pensamiento tienes de la Iglesia?
¿Qué de su ostentación?
¿Qué opinión te merece el celibato?
¿Qué, de toda mujer marginación?
¿Qué dices de los vetos a la ciencia?
¿Qué opinas de la Santa Inquisición?
¿No se ha de controlar la natalidad?
¿Debe entenderse el sexo únicamente para procreación?
De las cosas del mundo, ¿Es Dios del mal culpable y no soy yo?
Vamos a hablar, Jesús, de nuestras cosas, de todas nuestras cosas, y si en algo ofendemos seguro que obtendremos el perdón.
Luis de la Rosa Fdez.