La oración es la vida del corazón. Es el alimento que anima cada instante. Es sentir palpitar la presencia de Dios dentro de nosotros y en torno a las cosas y personas que nos rodean.
La oración es la vida del corazón. Es el alimento que anima cada instante. Es sentir palpitar la presencia de Dios dentro de nosotros y en torno a las cosas y personas que nos rodean.